Una parcela en un suelo en desarrollo, una orientación privilegiada, pero a la vez los condicionantes de las edificaciones cercanas. Esta vivienda entre lo urbano y lo rural, se realiza su cuerpo principal en hormigón, material protagonista no solamente en su fachada, sino que confiere al interior un aspecto y textura inconfundible.
El aprovechamiento de la luz natural, y la situación oeste de la piscina, nos invita a desafiar a la técnica y ser contradictorios, orientando la fachada principal hacia sur-oeste, situación que nos permite buscar la mejor orientación de todo el conjunto. Por otro lado, en su interior, esa luz natural se refleja en el espacio en doble altura, abriendo la caja interior de forma cenital y generando un rayo de luz evocador, que nos acompañará en distintas posiciones a lo largo de todo el año.